El árbol de La Boca

Con 109 años de edad, el Club Atlético Boca Juniors ha demostrado mil y un veces que es un mundo aparte. Este mundo involucra muchas cosas. Logros, batallas, derrotas, victorias, una vida. Un día a día que te sorprende a veces, te llena de felicidad, te deja destruido, muchas cosas. El Mundo Boca tiene miles de vidas que participan en ella, a veces de maneras impresionantes, como un Riquelme, o a veces con un simple grano de arena, como un hincha de Jujuy que viaja miles de kilómetros para ver un partido.

Y este Mundo, parece un árbol. Un árbol que con el tiempo va creciendo, que suma experiencias y años de vivencia. Un árbol al que se le caen hojas, pero que sabes que otra va a venir detrás. Un árbol que, siendo millones, es percibido de muchas maneras, adaptándose a los pensamientos de cada uno.

Y este árbol, como todo los árboles, tiene raíces. Muy arraigadas como para soltarlas, muy importantes para eliminarlas, y son la base de todo este Mundo. Sin ellas, el Mundo se cae, muere, o al menos, deja de ser lo que un día fue.

Y a mi forma de ver, estas raíces están bien definidas. Son los símbolos que nos definen, que nos diferencian del resto, lo que nos hace únicos. En Boca, estas raíces están formadas por:

-Nuestros colores, el azul y oro, los que despiertan nuestras pasiones;

-El barrio de La Boca, que nos vio nacer y crecer, el que es una República aparte, y forma parte de nuestra Identidad;

-El Jugador Nº12, nuestra hinchada, nuestro Pueblo, ganador de partidos, la mas grande del mundo, la que rompió récords de venta en las peores, y la que llevó 10.000 a Japón en las mejores. El Pueblo, y el Carnaval.

- Y por último pero no por eso menos importante, nuestra querida Bombonera. Nuestro Coliseo, nuestro Templo, de mas de 70 años de vida, y sigue latiendo como si fuera nueva. 

Últimamente, estas cuatro raíces tan importantes han sido atacadas, o manchadas, puestas en tela de juicio, por dirigentes de turno, con nuevos ojos de "modernidad" y "progreso". Nos han querido instalar nuevos colores, nos han separado del barrio, cerrándole las puertas a gente que toda su vida creció con este club, que es mas que un club. Han hecho malabares para querer cambiar el estilo de gente que presencia los partidos, por uno mas moderno, mas espectador, no tan pasional. Y en este último tiempo, se instaló la idea de un nuevo estadio. Un nuevo estadio. Para Boca. que hace de local en La Bombonera. Esa locura, a veces impensada.

Como dije, estas raíces se fueron haciendo mas débiles, producto de los maltratos recibidos, pero el Mundo Boca, este árbol, es muy grande para ser vencido de esta forma. Veo esperanza a futuro de que estas raíces vuelvan a ser firmes, afianzadas como nunca tuvieron que dejar de ser, y eso es porque Boca tiene soldados, miles de personas dispuestas a defender lo que es nuestro, lo que nos pertenece a todos, lo que nos identifica sobre el resto. ¿Qué club seríamos si no hiciéramos de local en La Bombonera? ¿Qué tipo de club seríamos si en vez de tener 30000 personas saltando, tenemos 10000 sentados y siendo solo simples espectadores? ¿Que "Boca" sería si en vez de terminar un partido con la Azul y Oro embarrada, terminamos un partido vestidos con una rosa, o verde?

Hemos usado rosa, pero hoy tenemos unas camisetas hermosas, bien Bosteras. Y cada vez hay menos "multicolor" en La Bombonera.

El Pueblo de toda la historia de Boca no está en las tribunas, pero de a poco se empiezan a vender entradas a los no socios.

Y La Bombonera está en una lucha entre seguir latiendo, o jubilarse. Pero este estadio es único, y tiene hinchas que la van a defender, que van a hacer lo que sea necesario para no mudarnos de ella. 

El hincha está empezando a despertar, falta mucho, pero vamos a recuperar ese Boca que leemos en libros, que vemos en fotos y videos, o tenemos la suerte de escuchar de las generaciones mas grandes. Las raíces del árbol van a crecer nuevamente, si seguimos en lucha.

Boca no es solo que la pelota entre al arco, es un estilo de vida, bien marcado, y con mucha historia y símbolos. No la cambiemos.